
Sin embargo, dentro de todo el caos y la crudeza de algunas situaciones, Laura nos habló del cariño de la gente y como personalmente te encuentras "desnudo", te quitas muchas "tonterías innecesarias" y solo quedas tú, lo cual te permite aprender sobre ti y relacionarte con otras personas de una manera más fácil y profunda.
Otro punto importante que compartió con nosotros fue la experiencia de la vuelta a casa y de la dificultades para volver a situarte. Una vez que has visto como viven tantas personas con tan pocas comodidades, cuesta aceptar el despilfarro que muchas veces supone nuestro modo de vida.
Las personas del XXVII hicieron bastantes preguntas y compartieron inquietudes, y la charla terminó en un coloquio muy interesante, que acabó con Laura animando a hacer algún voluntariado, pero matizando enérgicamente que no se trata de hacer un tipo de actividad específica con grupos de personas determinados, sino que cada momento del día puede vivirse desde la clave del voluntariado, que no es sino la de la entrega, la de hacer la vida de los demás un poco más fácil.
¡Muchas gracias a Laura desde el XXVII por haber compartido esa tarde con nosotros!
No hay comentarios:
Publicar un comentario