Nos tocó el gordo este año!!!
Así es, volvimos a la maravillosa casa de Guetadar, con sus parajes verdes, su calor de leña y su gran dueño, y por qué no? gran amigo, Jose Ignacio. Fue él quien se acordó de nuestra asociación para ser los inquilinos de este reformado refugio que pertenece al Gobierno de Navarra. sí sí, nosotros también nos tuvimos que frotar los ojos. Hemos tenido el lujo de reestrenar una casa que nos acogió en Navidad de 2019, esta vez con caras nuevas pero con la misma ilusión.
¿Qué os parece que os contemos cómo pasamos esos días de Campamento de Navidad?
El primer día convertimos la casa en nuestro hogar para los próximos días. Cartulina, tijeras, espumillones en mano y a trabajar! las paredes de la casa se llenaron de decoración navideña, ahora sí, podía dar comienzo el campamento.
Estas navidades los Castaches sufrieron un ataque zombie pero lograron encontrar la cura para evitar contagiarse, y para ello tuvieron que pasar por diferentes pruebas y actividades. Una de ellas fue conseguir escapar de la caseta antes de que les atacaran los moni-zombies, y por supuesto...lo consiguieron!!. El problema fue cuando, un día cocinando bizcochos y galletas, no se dieron cuenta de que estaban infectadas y contagiaron a todo el campamento, pero la velada sirvió de cura ya que todos se lo pasaron genial haciendo sus interpretaciones.
Esta Navidad el grupo de Leuces ha tenido tiempo para todo, sobre todo de pasarselo genialll. Para conocer el tema del campamento participaron en un scape room que, siendo sinceros, no supieron resolver pero si que descubrieron que durante esos días tratarían la ludopatía. Por la tarde, intentando remontar el desastre de la mañana, jugaron al casino royale como nadie, corriendo por toda la campa (cómo también lo harían por la noche por cierto, aunque no por gusto ), y teatralizaron varios perfiles ludópatas para terminar la tarde. A la noche, se adentraron en el juego para vivirlo en primera persona y jugaron al Atrapa un Millón, puede que las consecuencias de después fuesen problema de aquel juego jeje. El siguiente día disfrutaron de una película, nada realista por cierto y por la tarde se dejaron las voces en la ronda de villancicos, que este año fue en el comedor de la casa. Comieron, además, los riquísimos dulces de los castaches. Por la noche se unieron al resto de grupos para resolver el misterio del robo de la navidad, y algunos fueron muy hábiles en las investigación. El último día, por la mañana, estuvieron en misa con Josema, donde también cantaron con mucha fuerza y por la tarde estuvieron preparando la actividad más importante: LA VELADA. No sabemos qué tiene este grupo pero últimamente siempre hay que felicitarlos por su actuación, de estar muy orgullosos. Por lo que tienen que estarlo también es por el precioso final de campamento que crearon, después de las canciones y los abrazos, sacaron sus últimas palabras para demostrarse todo lo que se quieren y apoyan y todo lo creen en el grupo. Habrían estado horas, lo sabemos, pero había que descansar ya que el siguiente día tenían que hacer la maleta y limpiar con el resto de los grupos. Y como cada campamento, se subieron al bus con mucha mucha pena pero con muchos recuerdos del campamento de Navidad de 2024.Los treintaidoses recibieron nada más llegar una carta, se había declarado la guerra y tenían que quedarse solo con lo imprescindible de sus equipajes, 3 cosas de su elección con las que sobrevivieron hasta nuevo aviso. De esta forma empezaron a tratar la temática de la Guerra y de la Paz. Tuvieron que ponerse en las botas de los habitantes de dos pueblos enfrentados: Patistotania y Bretisnolia y debatir sobre el conflicto. Vieron también la película "Disparando a perros" sobre el genocidio ruandés de 1994, jugaron a Rommel Montgomery con los castaches, debatieron quién de ellos eran los fascistas infiltrados y gritaron a coro muy fuerte varios AAAHH!!! intentando conectar telepáticamente con sus compañer@s. Cerraron estos 4 días en oración con una canción que dice: "también tenemos corazón, los desafinados".
El 28 sucedía algo extraño, a lo largo del día la decoración navideña de la casa fue sustituyéndose por decoración de Halloween y es que alguien había vuelto a traer esta escalofriante fiesta de vuelta... los albatrill@s divididos en grupos investigaron a ver quién de los personajes que purulaba por la casa había sido y para la sorpresa de todos, un grupo dio en el clavo. Habían sido unos escurridizos elfos que se habían cansado de la Navidad, hartos de producir y construir juguetes...
Un año más sonaron los villancicos que tanto nos gustan y pese que este año no hubo vecinos a los que alegrar con nuestras angelicales voces, se cantaron las canciones a un volumen que parecía que el objetivo era ser escuchados en todos los pueblos a la redonda... y cómo no, el chocolate tampoco faltó a la ocasión.
Este fue el campamento de Navidad de este año, os dejamos abajo algunas fotillos.
las Gracias os qUEremos TAmbién DAR a vosotros por este maravilloso campa.
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